Esta ejercicio surge a partir de la necesidad de conocer la importancia que se le da el incentivar en los jóvenes la inquietud por la investigación, principalmente en el deporte. Para 126 millones de habitantes, de los cuales 4,061,644 son discentes que cursan el nivel superior, ¿Cuántos realmente están comprometidos a realizar investigación científica, y, de manera particular, enfocada al deporte? ¿Cuántos creen que su investigación puede ser un parteaguas en la cosecha de resultados en beneficio de la sociedad?
Según los datos que el Censo de Población y Vivienda (INEGI) dio a conocer en el 2020, el número de habitantes que residen en el territorio nacional es 126,014,024 de las cuales el 51.2% (64 540 634) son mujeres y el 48.8 % (61 473 390) hombres, siendo la edad media 29 años. México es el lugar número 11 a nivel mundial en cuanto a población, como dato extra, Japón esta por debajo de estas cifras y Etiopía por encima de los datos ya mencionados.
Es importante destacar que entre el 2000 y 2020 la población con edad de 15 años y más, no tenía la habilidad de redactar un simple recado, la falta de lectura de comprensión también figuraba como un punto negativo, sin embargo, estos puntos se han ido reduciendo casi significativamente en estas dos décadas
El promedio de escolaridad de la población de 15 años y más, acrecentó, lo que significa que en el 2020 se sitúa en 9.7 años, un año más que el reporte del 2010, en resultados sería, un leve aumento en jóvenes que terminaron sus estudios de nivel secundaria.
¿Y qué pasa con la educación deportiva? Si bien es cierto que tenemos una cultura deportiva a nivel nacional, esta se encuentra enfocada en la mercadotecnia, el deporte popular, la moda y actualmente la tendencia de las redes sociales que, pone a los influencers al mando de toda una generación con un ávido deseo de realizar una actividad física o deportiva más en forma, la mayoría de ellos con un desconocimiento total de la correcta aplicación en las cargas y la ausencia completa de una metodología especifica de acuerdo a la necesidad de cada individuo o sociedad.
Es aquí donde se ve la importancia de la investigación deportiva y que la Ley General de Cultura Física y Deporte resalta en sus artículos 89, 90 y 91; esta responsabilidad recae en instituciones como el SINADE, CONADE e Institutos Estatales del Deporte, ellos deben ser los promotores de la investigación en el deporte en aras de un mejor conocimiento y educación deportiva de la sociedad. Debe ser imperativo que hoy en día, la investigación científica en el deporte sea aplicada en diferentes áreas de importancia, tales como la educación física, el rendimiento deportivo, la actividad física para la salud, el tiempo libre, la recreación y la gestión del deporte.
Aunado a esto, las instituciones privadas y públicas, hoy en día ya comienzan a realizar diversas investigaciones en el deporte, tal es el caso de la Universidad Autónoma de Nuevo León, que desde el año de 1981 ha ido aumentando su acervo en material de investigación deportiva. El punto que hace la diferencia entre realizar investigación o no, va más allá del presupuesto destinado por las instituciones, aquí es donde se cruzan los caminos del compromiso, tenacidad y determinación que, como discentes, debemos aplicar para generar investigación. Es el legado que como agentes de cambio estamos destinados a plasmar en los lienzos del conocimiento, porque, ¿Qué es el conocimiento sino se pone en práctica y se utiliza para descubrir y redescubrir nuestro entorno?
Comenzar esta introducción con datos duros como los arrojados por el INEGI, es generar un ejercicio de conciencia de cómo estamos empleando nuestros recursos, el número en si es muy significativo si lo trasladamos al deporte: las medallas no ganadas, las clasificaciones no alcanzadas, los puestos bajos en los medalleros, el ranking mundial, el “ya merito” y lo peor, la cuestión académica reflejada en cuantos graduados realizan una investigación innovadora y que coadyuve a revolucionar no solo los próximos resultados de las justas olímpicas, sino desde la iniciación y formación deportiva en nuestros niños, semillero de los atletas del mañana.
Las investigaciones mexicanas realizadas hasta ahora, a diferencia de países como España, son poco relevantes, ya que los diseños que comúnmente se utilizan son mas descriptivos, dejando de lado las necesidades que la realidad actual nos demanda. México necesita realizar investigaciones con diseños de corte experimental, no podemos solo hablar de innovación si esta en sí, no se plasma desde el propio diseño.
En conclusión, es un cambio de 180° lo que la comunidad deportiva (académica y científica) necesita para generar investigación en el deporte, tan necesaria para lograr ventajas a nivel mundial en las justas deportivas.
Instituciones como la Universidad Autónoma de México (UNAM) realizan año con año un certamen de investigación en Cultura Física y Deporte, dejando las puertas abiertas para los futuros investigadores; la revista mexicana de investigación en la cultura física, de igual modo da la oportunidad de generar investigación científica. Si bien es cierto que son pocos los centros de investigación relacionados al deporte y, el presupuesto destinado es mucho menos, queda la brecha del desinterés por parte del discente. Si todos ponemos de nuestra parte podemos lograr sembrar la semilla de la investigación desde la etapa de educación media superior.
El Instituto de Formación e Investigación en Ciencias de la Educación y el Deporte (IFICED) genera en sus discentes ese interés, destacar desde muy temprano el hambre de conocimiento a cada paso que da en el transcurso de su licenciatura, dejando claro que a pesar de los diferentes apoyos económicos a nivel publico o privado, no es suficiente si no se tiene el compromiso de ser un educador deportivo que se capacite, se actualice y se interese, más allá de aplicar una planificación deportiva, investigar la mejor opción de cómo aplicar dicha planificación y que beneficios tendría a futuro.
Esta investigación fue realizada por los alumnos de noveno cuatrimestre en noviembre del 2020 y con la supervisión docente de la maestra Paola Astrid Vargas Santoyo, docente del Instituto (@paola.vargassantoyo)
- Ehseni Miguel Martinez Farfán @mi.guel6546
- Edwin Millan Arias @xzombiedx
- María Fernanda Zaqueroz Martínez @feerbxng
- Miguel Ángel Juarez Gómez @miguelangel.juarezgomez.3
- Yareli Airyn Rosas Vázquez @airyn00